lunes, octubre 03, 2005

La educación del cuanto al cómo

La educación es la tarea política fundamental. Y es una tarea compleja en múltiples aspectos. El primero tiene que ver con el qué enseñar. Está claro que un grupo de personas con distintos intereses llegarán a un acuerdo sobre algunos contenidos mínimos que cualquier estudiante debiera saber. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría proponer eliminar la enseñanza de la suma en Educación Básica. O la lectura, que más que un conocimiento es una herramienta para alcanzar nuevo conocimiento. Sin embargo, al alejarnos un poco de este núcleo sólido de conocimientos fundamentales, como la lectura, la escritura y la aritmética básica, surgen una serie de posibilidades y se abre un abanico de conocimientos, técnicas, artes que pueden o no ser de interés para un determinado grupo, cultura o sociedad. El problema de educar se transforma en el problema de elegir dentro del universo del conocimiento una muestra a la que el educando será posteriormente expuesto.

Cómo decidir?. La decisión de qué enseñar puede radicar en los distintos actores del proceso educativo. Aquí argumento que la decisión debe ser del propio alumno. Pero para entender el porqué la decisión debe ser del educando cabe preguntarse cuál es el sentido de la educación.
Esta pregunta puede ser respondida desde un punto de vista individual y desde uno cultural. El enfoque cultural es el siguiente. Si es cierto que nuestra cultura progresa, entonces ese progreso ha ocurrido por la acumulación de conocimiento. Si el conocimiento volviera a cero con cada generación no habría progreso sino una situación en que cada tecnología o técnica, oficio, ciencia, arte debe ser redescubierta para poder ser usada. La tradición oral, escrita, audiovisual y últimamente multimedial es el vehículo mediante el cuál el conocimiento se acumula y se transporta en la línea de tiempo. Si el conocimiento es escaso el qué enseñar es simplemente aquello que se puede enseñar. Lo disponible. Así mientras mayor es la complejidad alcanzada por el vehículo cultural, mayor es el universo del conocimiento con el que una generación es capaz de comenzar. Y una cultura o sociedad, para progresar debe ser capaz de resguardar y acrecentar este universo de conocimiento. Esto sólo ocurre a través de la educación de sus individuos. El problema de qué enseñar surge de la complejización de las sociedades.

A nivel individual, uno podría argumentar que el ser humano es capaz de estados incrementalmente superiores de conciencia y conocimiento y que el progreso de un individuo también puede ser entendido como la capacidad de imbuirse en su propia cultura y desde ahí entender a sus semejantes y al mundo que lo rodea. Claramente, las justificaciones que uno puede encontrar para la importancia de la educación en el individuo son más débiles que las justificaciones culturales y que apelan al papel que desempeña en la sociedad. Supongamos un individuo con una cierta inclinación hacia la música y muy poca inclinación hacia la computación. La felicidad del individuo, si es que el libremente optó por desarrollar su inclinación hacia la música, no se ve afectada por su inclinación hacia una o otra ciencia u oficio. Sin embargo, a la escala social, y mediante una fallida planificación la sociedad decide eliminar la computación como rama de estudio, la sociedad en su conjunto retrocede (Mao y la revolución cultural?). No es sorprendente entonces que el resguardo del acervo cultural, sea una justificación para el estudio de la educación como un proceso social y no como la mera suma del conocimiento individual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesting website with a lot of resources and detailed explanations.
»